Hace dos años, Francisco y Antonio Manzanares, hermanos de 20 años, residentes en Murcia, acudieron al programa de inserción de Azarbe, que se lleva a cabo en la Región de Murcia según contrato administrativo con la Dirección General de Familia y Políticas Sociales de la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades del Gobierno murciano, derivados por el Servicio de Protección de Menores de la Región de Murcia. En Azarbe comenzaron a desarrollar un itinerario individualizado de inserción en dos ámbitos, el formativo y el laboral.
En el aspecto formativo, cuyo objetivo es la capacitación para el empleo, obtuvieron el certificado de Manipulador de Alimentos de la Asociación Nacional de Manipuladores de Alimentos, y los certificados de ‘Sistema de vigilancia de plagas en la industria alimentaria’ y ‘Sistema APPCC. Limpieza y desinfección en la industria alimentaria’, en la sede de Azarbe. También obtienen los carnets de carretillas y plataformas elevadoras, manipulador telescópico y camión grúa autocargante.
En el área laboral, se les inscribe, prepara y acompaña en una prueba de selección de un curso de operario en El Pozo Alimentación, dirigido a jóvenes beneficiarios del Sistema Nacional de Garantía Juvenil. A finales de agosto, tras cinco semanas de formación y habiendo obtenido el certificado de ‘Operario Cárnico - Línea fresco’, son contratados en esta empresa durante un año.
En la actualidad han vuelto a firmar un contrato de seis meses de duración con El Pozo, continuando de esta forma con su proceso de inserción laboral. A continuación, hablamos con ellos sobre su experiencia:
¿Cómo descubrís Azarbe? ¿En qué momento decidís formar parte del programa?
Francisco: Nos comentaron desde otro servicio que habían dejado nuestros datos para ayudarnos desde Azarbe a encontrar empleo y desde que llegamos al programa nos atendieron muy bien.
Antonio: Desde el primer día que fuimos sabíamos que íbamos a seguir porque estuvimos muy cómodos. Además, hablamos de nuestro futuro y eso nos motivó mucho a volver.
¿Qué aporta un programa como Azarbe a los jóvenes? ¿Y viceversa?
Francisco: Nos ayuda a encontrar empleo y también a formarnos. Por nuestra parte, podemos aportar alegría y satisfacción para los responsables del programa si encontramos un empleo o terminamos alguna formación (risas).
¿De qué forma os ha ayudado el programa?
Francisco: A no perder la esperanza, eso lo primero. Además, hemos descubierto que es posible encontrar un empleo si te lo propones y no dejas de lado la formación específica que te piden en determinadas empresas.
Antonio: Exacto, a formarnos en materias que no teníamos, como manipulador de alimentos, los certificados de carretilla elevadora y camión grúa, etc.
¿Cómo recibisteis la noticia de esta oportunidad laboral? ¿Qué recuerdos tenéis de ese momento?
Antonio: Fue una alegría porque hicimos todo el proceso de selección y no lo esperábamos. Recordamos cómo fuimos a Alhama, cómo preparamos la entrevista que nos hicieron allí para entrar al curso, etc.
Francisco: Fue un momento muy bonito, no se nos va a olvidar nunca: el viaje, los consejos sobre la entrevista, etc.
¿De qué manera ha influido el programa de Azarbe a la hora de enfrentaros a esta decisión?
Francisco: Mucho, porque al principio éramos muy tímidos y desde el programa nos han ayudado a expresarnos mejor y a no tener miedo de equivocarnos. Cogimos mucha confianza el tiempo que estuvimos acudiendo a Azarbe.
Antonio: Al igual que mi hermano, sabía que lo iba a hacer bien por la confianza que cogí estando en el programa.
¿Cómo vivisteis todo el proceso formativo inicial? ¿Qué fue lo más gratificante?
Antonio: Al principio fue duro, tenías que ser muy puntual, no faltar ningún día si querías que te llamasen para trabajar después del mes de formación, había que madrugar, los kilómetros, etc.
Francisco: Así es, eran 4 horas teóricas y después 4 horas prácticas, en total 8 horas diarias, teníamos que desplazarnos a Alhama todos los días y eso también suponía un esfuerzo. Pero no nos importaba, merecía la pena.
¿Cómo fueron los primeros días en El Pozo?
Francisco: Pasaron muy rápidos y mejoramos muy pronto, llegando a las tasas que nos pedían. Además, los compañeros nos ayudaban al principio y todo fue muy bien, estuvimos un año que pasó como un suspiro. Ahora nos han vuelto a llamar y esperamos seguir más tiempo.
Antonio: Me sentí muy cómodo, me adapté de inmediato a lo que nos pedían y estoy muy contento de que nos hayan vuelto a llamar.
¿En qué consiste vuestro trabajo exactamente?
Francisco: Fundamentalmente se trata de deshuesar piezas de jamón en la cinta transportadora, pero también de cargar mercancía o transportarla con la carretilla elevadora en alguna ocasión.
¿Qué es lo que más destacáis de vuestro día a día en el trabajo?
Antonio: Por encima de todo, llegar a la tasa. Es la parte más importante y en lo que estás continuamente centrado.
Francisco: Sí, la tasa. Te van controlando según periodos para tener una idea de los resultados de tu trabajo.
¿De qué manera ha influido vivir todo este proceso con tu hermano?
Francisco: Muy bien, siempre hemos estado juntos y en esta ocasión hemos tenido la fortuna de poder seguir así.
Antonio: Nos han colocado en salas distintas, pero estamos teniendo los mismos turnos, así que seguimos yendo juntos.
¿Cuáles son vuestras expectativas de cara al futuro?
Antonio: Si es posible, quedarnos en El Pozo. En el caso de que no, intentar encontrar algo similar.
Francisco: Nos gustaría seguir aquí, estamos muy contentos con el trabajo y los compañeros.
¿Qué consejos les daríais a todos aquellas jóvenes que están buscando un futuro laboral y se encuentran desanimados?
Antonio: Que no se desanimen si no encuentran un empleo rápido, que aprovechen para terminar la Secundaria mientras tanto o formarse en algún sector para después, con un buen CV, encontrar un empleo.
Francisco: Que pidan ayuda y no dejen de ir a las entrevistas o a los cursos de formación, que no se queden en casa, que sean activos en la búsqueda de empleo.