Durante la planificación de la intervención, los profesionales establecen los criterios con los cuales se van a constatar los cambios que se produzcan durante el desarrollo de la intervención, además de establecer la periodicidad para las evaluaciones intermedias. Este proceso se lleva a cabo de manera transversal durante el desarrollo del servicio, evaluando los objetivos, contenidos, metodología y recursos, tanto materiales como humanos. El objetivo de esta evaluación es corregir los aspectos que no funcionan adecuadamente y ofrecer un apoyo complementario para que se obtengan los resultados más satisfactorios.
- Evaluación personal: Se lleva a cabo un seguimiento individualizado del proceso de adquisición de conductas independientes y autosuficientes, así como del aprendizaje de habilidades de competencia social.
- Evaluación formativa: Tanto en recursos externos como en el propio programa se realiza un seguimiento en el que se valora aspectos del usuario como su adaptación, su rendimiento, sus necesidades educativas, su evolución, su relación con los compañeros y sus actitudes hacia el estudio.
- Evaluación laboral: Se trata de prevenir posibles conflictos supervisando de forma periódica la evolución de la persona una vez que se ha insertado laboralmente con éxito, afrontando las dificultades que puedan surgir.